lunes, 27 de noviembre de 2023

OTRO MUNDO

El paso del tiempo. Pasan días, pasan semanas, pasan meses. Sin darme cuenta y a la vez dándome mucha cuenta, llevo 3 meses en Malabo. Día a día, momento a momento, con muchísimo bueno y momentos grises.

Podría decir mucho, sin embargo solo quiero contemplar el paso del tiempo. He visto crecer una piña, he visto algún amanecer naranja, he visto correr a lagartos, he escuchado el viento, me he sentido pequeña entre el ritmo de la ciudad sentada en un taxi, he abrazado a muchos niños y cada abrazo y cada palabra con ellos tiene mucho sentido para mí. He hecho mucho, espero haber sido.

Esta experiencia no va de hacer, esta experiencia consiste en estar y ser, no siempre lo he conseguido, pero me lo recuerdo con frecuencia. Esta experiencia es más que un voluntariado, es una misión. En la ecuación de mi experiencia siempre siempre quiero que esté Dios. Esta experiencia está llena de retos, tantas veces me siento desbordada con mis alumnos de 5° de primaria, desbordada ante la pobreza que incomoda, desinstala e interpela. Desbordada por el sufrimiento ajeno, que por momentos también ha sido propio. Desbordada y caminando sabiendo que esto no es una experiencia donde todo es alegría, gratitud e ilusión. Un amigo me dijo que África nunca deja indiferente y es así, aquí se vive, muchos sobreviven, otros hacen lo que pueden con lo poco que tienen, muchos disfrutan a pesar de todo. Otro mundo. Otro mundo lleno de VIDA. Otro mundo del que podemos aprender muchísimo.

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lunes, 6 de noviembre de 2023

CADA ROSTRO

Muchas veces pienso que no soy turista, no estoy conociendo muchos lugares. Solo he ido a un pueblo, justo al lado de la ciudad, he tardado dos meses y pico en ver el mar. Me encantaría visitar algunos lugares de las isla que son impresionantes con parajes naturales sobrecogedores con cascadas, bosques y playas paradisíacas. Me encantaría visitar Ureca, el pico Basilé, Basapo, Luba, la isla de Annobón o la parte continental del país. Y puede que visite alguno de estos lugares pero no a mi ritmo, sino al ritmo diario cuando haya festivos o vacaciones. Tengo claro que no vine aquí como turista, vine para estar dentro, en mitad de la realidad conociendo personas y realidades, poco a poco.

El ritmo es progresivo, el primer mes conocí muchas cosas porque todo era nuevo, ahora este conocer no es diario, me muevo en un espacio y círculo pequeño "casa-colegio-capilla", no necesito mucho más, está bien así. Tal vez cuando vuelva no podré decir que visité muchísimos lugares e hice excursiones cada fin de semana, pero podré hablar de mis alumnos, mis compañeros catequistas, los profesores, las chicas internas... Y si sumo cada rostro y cada historia, siento que todo lo vivido es muy valioso.

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