Cada persona tiene un poso de miseria. Que se filtra en lo más profundo y pretendemos esconder, pero cuando el alma se desnuda, las miserias también. Lo ruin atormenta y hiere. A pesar de todo, permanece.
Pero también, tras cada persona hay luz, que anida dentro, muy dentro, y espera paciente para salir, atravesando capas y reflejarse en otros. Capas que se disuelven, capas que opacas y gruesas no dejan que la luz cruce. Capas que tal vez se llamen tristeza, miedo, ira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario