Querida felicidad:
Te escribo y tú me escribes por dentro. Caminamos y nos encontramos en detalles cotidianos, todos conjugados en presente.
Te pienso, a veces te busco, otras veces te dibujo, muchas veces abro mis sentidos para dejarte pasar a mi pequeño hogar.
Tú y yo conocemos mi camino actual, un camino de búsqueda en el que arriesgando y soñando quiero que me habites hoy y siempre. Estas palabras de Jordi Muñoz son un boceto a carboncillo de mi presente: "Lo que nos define en esencia es lo que realmente perseguimos". También busco quien soy, cual es mi lugar, donde puedo amar más, cual es el camino soñado... y no todo está bien, reconozco que hay miedos, dudas y limitaciones, y está bien tener miedo, tener dudas, sentirme limitada. Toda esta imperfección forma parte de los procesos de vida y no es fácil abrazar todo ello, pero aquí estoy, mirando cada miedo, cada duda, cada limitación. Consciente de la verdad que estas palabras plasman: "¿Pero podemos atrevernos a ser en la duda, en el miedo, en la imperfección? Aquí está seguramente el gran desafío. Cómo aceptamos nuestra fragilidad y nuestras limitaciones. Victoria Camps dijo un día: «buscar la felicidad supone asumir la imperfección»”.
Reconocer que todo no está bien es mi paso valiente, aún así dejo espacio para que sean posibles momentos felices, momentos breves envueltos de cotidianidad, donde en unos segundos, llega esa sensación que me invade y sonrío por dentro, eres tú, felicidad, dentro de mí. Hoy me apoyo y me siento un poco más libre en estas letras: “El ego dice cuando todo esté bien yo estaré bien, la esencia en cambio dice cuando yo esté bien todo estará bien“.
A veces, mis palabras son escasas y pobres. Reconozco que una limitación personal es abordarte, felicidad. Hoy podría escribirte mucho, pero no quiero caer en el abismo de las palabras huecas y las ideas resbaladizas. Hoy prefiero y creo que es más responsable compartir estas palabras que no son mías, pero las sentí dentro cuando las leí y ahora me hacen vibrar y bailar entre letras: “La verdadera felicidad no está relacionada con lo que hacemos ni con lo que poseemos. Podría definirse como la ausencia de lucha, conflicto y sufrimiento internos. Nuestro esfuerzo consciente debe centrarse en eliminar todas las obstrucciones que nublan y distorsionan nuestra manera de pensar y de comportarnos, como el victimismo, la inseguridad, la impaciencia, el aburrimiento o el apego. Por eso se dice que somos felices cuando nos aceptamos tal como somos –y desde un punto de vista emocional– sentimos que no nos falta de nada. La felicidad no tiene ninguna causa externa: es nuestra verdadera naturaleza”. (Borja Vilaseca)
Seguiré "conjugando cada día más el tiempo presente, no subjuntivo ni pasado. Un presente imperfecto. Un tempo feliz imperfecto".
[Gracias Jordi por tus cartas inspiradoras que han sido semilla de mis propias cartas a la felicidad, compartes luz y siempre sigue viajando].
No hay comentarios:
Publicar un comentario