He meditado esta decisión, he rumiado por mi corazón estas palabras. Cuando me he sentido preparada ha comenzado este aterrizaje tan especial para mí. Mis palabras brotan en mi alma, reposan en mi ser y aterrizan en mi lienzo infinito que yo llamo “Palabra Palabrita Palabreta”.
Considero que ha llegado el momento, mi momento. El regreso a mi lugar, mi pequeño paraíso donde dibujo letras y trazo palabras, donde plasmo mi ser y refugio mis miedos. El lugar don-de. Don de Dios. Aquí entrelazo el tiempo, amo la literatura y vivo mi poesía. Tiempo, Amor y Vida.
Regreso porque siento que es el momento, el instante preciso. El detonante ha sido una fotografía que hice hace unos años y había olvidado por completo. Fue tomada en una etapa muy feliz de mi vida y justo ahora estoy en un resurgir de mi felicidad. Gracias a mi Brújula puedo decir que estoy siendo feliz en mi presente. Escribiendo estas líneas, estoy disfrutando del aquí y ahora.
Soy una hormiga que camina en este desierto blanco, en este papel virtual que acaricio con las yemas de mis dedos que teclean el piano de mi ordenador [Al mismo ritmo que la canción que escucho en bucle Gaze de Moux─]
Ahora, permíteme, querido/a lector/a, hablar de mi sentimiento, ese que he sentido al contemplar la fotografía que ha rozado mi ser más profundo:
Esperanza. Palabra que dibujo y pronuncio letra a letra.
Esperanza que siento que enraíza mi universo interno
─y me sostiene─.
Esperanza que siento como hilo de luz.
Hilo débil, inestable, en camino.
Un perenne a medias.
Esperanza que se consume a la vez que alumbra.
Esperanza que siento que algún día
marcará una nueva oscuridad.
Esperanza que cuando se consuma
─casi por completo─
serán mis lágrimas las que apaguen la débil llama de mi ser.
Esperanza cuando el fuego ausente
sea mi noche oscura.
Esperanza cuando sienta que debo ser yo
quien prenda la siguiente mecha.
Esperanza cuando mis días sean eternos.
Esperanza cuando rece a mi Dios que me toma
y me tomará la mano con amor infinito.
Esperanza cuando ame la vida,
incluso cuando yo sienta que algo en mí
es un poco muerte.
Esperanza cuando sienta cosquillas de nuevo.
Esperanza cuando mis palabras broten
tras meses de silencio, silencio, silencio.
Esperanza cuando contemplo la vela
que es epicentro de mi alma.
Esperanza cuando pronuncio
la palabra Valentía.
Esperanza porque yo soy valiente
en cada paso de luz
en cada paso de no-luz
en cada paso de amor
en cada paso de miedo
en cada paso firme
en cada paso vacilante
en cada paso con sonrisa dibujada
en el revés de mi piel
en cada paso con llanto almado.
En todos mis pasos soy yo.
Luz.
Esperanza.
Valentía.
Camino.
Amor.
Sostenida y amada por Ti.
Hágase, hágase, hágase.
Hágase en mí según tu Palabra.
Tú eres quien pronuncia la última palabra.
Sé feliz (:
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