A veces hay que
aceptar, asumir y entender que en la vida hay imposibles. No hablo de rendirse
ni de desilusiones por algo difícil. Hablo de cosas que son imposibles de
verdad. A veces me gusta pensar que nada es imposible, pero no, en realidad sí
que los hay, hay sueños que pueden soñarse muy intenso, pero no por ello algún
día serán reales.
Hay que luchar; sí, hay
que arriesgar; sí, pero a veces me pregunto ¿tiene sentido apostar por algo que
es imposible?, mi respuesta es un “no lo sé”. La vida sorprende, tal vez algún
imposible se convierta en posible, pero otros quedarán encerrados para siempre
en mentes de personas que consideraron que hay sueños que solo tienen resguardo
en un lugar profundo. Me gusta ser optimista y decir que soñar es luchar, y
luchar es arriesgarse a ganar, pero no todo está en mis manos, no todo es
posible, porque no todo depende de mí. Me encantaría poder compartir alguno de
mis imposibles, pero carecen de sentido. A veces siento un poco de miedo cuando
me planteo apostar por alguno de ellos, después se me pasa la idea. Más tarde
me conformo con otros sueños posibles, que también son bonitos. Y así vivo en
una continua montaña rusa de sueños, de voluntades, de emociones…de vida. Pero
a pesar de todo me encanta tener imposibles rondando por mi cabeza, como
pájaros enjaulados que no los libero, pero a veces cantan bajito y me hacen
compañía.
Aunque
duela, llega el momento donde se debe dejar que todo siga su camino, donde es
mejor no forzar nada. Donde se tiene que entender que aunque con tanta fuerza
se desee, hay cosas que sencillamente jamás serán.
-Edwin Vergara-
No tengas tiempo para tener prisa (:
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