Hay quien aconseja que solo se debe escribir si tienes algo
que contar, transmitir o compartir. Yo no estoy de acuerdo, escribir no solo es
un oficio, una afición, un negocio y en muy pocas ocasiones una fuente de
ingresos. Para mí es una terapia, escribo porque me picó el bicho, como me dijo
un escritor, el bicho de la literatura y una vez que te pica no se cura nunca.
Desde que comencé a escribir hace ya seis años, empecé a
darle un significado especial a los libros. La gran mayoría de personas saben
que hay millones de libros de cualquier época, de todos los estilos y de todos
los géneros. Existen personas que devoran libros, otras que los utilizan de
decoración o para sujetar una puerta y otras que leen ocasionalmente. Yo
pertenezco a este último grupo, no leo todo lo que me gustaría, sobre todo por
falta de tiempo, pero cuando lo hago, me aseguro de leer disfrutando de cada
palabra, cada línea y cada capítulo.
Quien alguna vez se ha puesto en frente de un papel o página
de Word en blanco, sabe la dificultad de plasmar palabras en un orden lógico,
con un significado y a la vez narrando algo digno de ser leído o escuchado.
Parece que la palabra adecuada tiene que ser sacada con una palanca de la
cabeza. En otras ocasiones, estas fluyen como si de una melodía se tratase.
Después de intentar narrar una historia de la mejor manera
posible, valoras aún más cada libro, reconoces el esfuerzo previo que ha tenido
que realizar el escritor, incluso antes de ponerse a escribir para que tú
puedas estar sentada con esa obra de arte entre las manos. Entonces caes en la
cuenta de la dificultad de crear personajes ficticios que parezcan reales,
deshumanizar personas para que parezcan ficticias de tal forma que el lector
acabe cogiendo cariño a esos personajes, construir una trama redonda, describir
ambientes, mantener el misterio que engancha al lector desde las primeras
páginas hasta la última, el factor sorpresa del final del libro… ¡Toda una obra
de arte sin lugar a dudas!
Por eso hay que escribir solo si te gusta hacerlo, yo soy de
las que pienso que hay que escribir por escribir, y no para conseguir que te
publiquen, al fin y al cabo después de tanto esfuerzo, posiblemente no guste tu
novela a unos críticos, y en muchos casos ni siquiera se molesten en leerla, eso
no quiere decir que no sirvas, significa que tienes que seguir practicando,
mejorando y puliendo tu técnica. Si después de un fracaso abandonas, quiere
decir que no te gusta escribir.
Yo escribo como método de supervivencia. Si estoy triste, contenta,
confundida, frustrada o nostálgica, siempre hago lo mismo, escribo. Desde hace
años y hasta el último de mis días, mi vida ha sido, es y será un camino de
pasos narrados y palabras andadas.
Sed felices. (:
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