Hoy estreno nueva
categoría para canalizar mis críticas a este mundo y a la sociedad, esta
categoría se llamará “Palabras gritadas”. Hay situaciones que me llenan de
rabia, impotencia y dolor, y quiero gritarlas fuerte. Quiero gritar
injusticias, aquello que no me gusta de
este planeta de contrastes, desigualdades y contradicciones. Aprovechando que
estudio periodismo, al final de algunas entradas dejaré los enlaces de aquellas
noticias que me han llevado a escribir estas palabras que quiero gritar. Un pequeño
proyecto dentro de mi blog que me llena de ilusión. Hay tanto que denunciar de
ahí fuera que seguro que esta categoría menos literaria, pero más periodística,
llenará mi blog de palabras para crear conciencia social o por lo menos un
poquito de reflexión. La muletilla final de esta categoría: “Mi alma entera es
un grito, y toda mi obra es el comentario sobre ese grito”.
Aquí va la primera
entrada de “palabras gritadas”:
Hay días que me come la
impotencia. Qué mundo es este, en qué momento la gente se ha anestesiado del
dolor ajeno que se ve en el telediario, cómo hemos llegado a deshumanizar tanta
vida y un trozo de papel que llamamos dinero es razón suficiente para infravalorar
vidas, repito, vidas.
Muchas multinacionales
tienen una responsabilidad social corporativa, pero no se hacen responsables de como se obtiene la materia prima de sus productos. Apple necesita cobalto para sus
dispositivos, ¿cómo se consigue ese material? En minas en el Congo, gracias al
trabajo de niños y adultos con jornadas laborales de 24 horas, en condiciones
pésimas1. Nestle alimenta de chocolate a millones de niños del
primer mundo, pero mucha gente no sabe que los sacos de cacao son transportados
por otros niños en África2. Y así infinidad de ejemplos que ilustran
este mundo de contradicciones.
Desarrollo dicen, el
siglo XXI: la era digital. Desarrollo a costa de otras vidas, personas que han
nacido en otros continentes y no tienen cabida en el primer mundo. Como le
explicas a niño sirio que huye de la guerra, que los ricos de Europa no pueden
acoger a su familia, que no hay asilo para ellos, que en Turquía, un país donde
no se cumplen los derechos humanos y pueden mandarlos de nuevo a Siria3,
supuestamente, sí tienen espacio. Y como no por medio de un gran acuerdo
bilateral, siempre hay dinero.
Pero no miremos al
Este, ahora al Sur: pateras, inmigrantes intentando saltar una valla. Mucha
gente dice: “Es que si les dejamos entrar, esto es insostenible, todos vendrían”,
pero alguien se pregunta hasta qué extremo habrán llegado para tener que
abandonar a su familia, su país, cruzar un continente enorme como África,
mendigar para poder pagar a una mafia para saltar una valla o lanzarse al mar.
De verdad que nadie haría tal locura, si no fuese que ese viaje, es su única
salvación. Elegir entre morir en sus países, morir el camino y si tienen mucha suerte
una vida mejor en Europa. Se nos olvida, pero lo único que buscan es seguridad, poder vivir sin
miedo.
Esas personas que
ansían una vida mejor, son como tú y yo, con sueños, ilusiones, motivos para
luchar, sin embargo no tienen la misma suerte que nosotros, han nacido en
países difíciles, conflictivos, inseguros.
Esas personas piensan
que en Europa está la felicidad, pero en realidad no está aquí, aquí la
felicidad te la intentan vender embotellada, en un coche, en un bolso o en un
buen reloj. Necesitas dinero, mucho dinero para ser feliz, pero cuando lo
tengas todo, tal vez te des cuenta que la felicidad se mide en abrazos,
miradas, en sonrisas, en momentos. No me cansaré de repetirlo, la felicidad
está en los pequeños detalles, en lo cotidiano, en un paseo escuchando buena
música, en un baño de espuma, en una conversación, en una tarde de lectura, en
una carta en el buzón, en un "te quiero"…
Solo por un momento, olvídate
de tu móvil, tu ropa, tus cosas y piensa en "tus" personas, en aquello que te
hace sonreír fuerte automáticamente, en aquello que te mantiene vivo, con
fuerza, aquello que te apasiona, aquello en lo que sueñas.
No te dejes llevar por
lo superfluo. Intenta vivir con menos dinero y con más alma.
Mi alma entera
es un grito, y toda mi obra es el comentario sobre ese grito.
Fuentes:
2 https://soyespiritual.com/videos/estas-son-las-7-marcas-de-chocolates-que-usan-ninos-esclavos.html
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