jueves, 7 de abril de 2016

Palabras gritadas (1): DINERO, DINERO Y MÁS DINERO

Hoy estreno nueva categoría para canalizar mis críticas a este mundo y a la sociedad, esta categoría se llamará “Palabras gritadas”. Hay situaciones que me llenan de rabia, impotencia y dolor, y quiero gritarlas fuerte. Quiero gritar injusticias, aquello que no me gusta  de este planeta de contrastes, desigualdades y contradicciones. Aprovechando que estudio periodismo, al final de algunas entradas dejaré los enlaces de aquellas noticias que me han llevado a escribir estas palabras que quiero gritar. Un pequeño proyecto dentro de mi blog que me llena de ilusión. Hay tanto que denunciar de ahí fuera que seguro que esta categoría menos literaria, pero más periodística, llenará mi blog de palabras para crear conciencia social o por lo menos un poquito de reflexión. La muletilla final de esta categoría: “Mi alma entera es un grito, y toda mi obra es el comentario sobre ese grito”.
Aquí va la primera entrada de “palabras gritadas”:

Hay días que me come la impotencia. Qué mundo es este, en qué momento la gente se ha anestesiado del dolor ajeno que se ve en el telediario, cómo hemos llegado a deshumanizar tanta vida y un trozo de papel que llamamos dinero es razón suficiente para infravalorar vidas, repito, vidas.

Muchas multinacionales tienen una responsabilidad social corporativa, pero no se hacen responsables de como se obtiene la materia prima de sus productos. Apple necesita cobalto para sus dispositivos, ¿cómo se consigue ese material? En minas en el Congo, gracias al trabajo de niños y adultos con jornadas laborales de 24 horas, en condiciones pésimas1. Nestle alimenta de chocolate a millones de niños del primer mundo, pero mucha gente no sabe que los sacos de cacao son transportados por otros niños en África2. Y así infinidad de ejemplos que ilustran este mundo de contradicciones.

Desarrollo dicen, el siglo XXI: la era digital. Desarrollo a costa de otras vidas, personas que han nacido en otros continentes y no tienen cabida en el primer mundo. Como le explicas a niño sirio que huye de la guerra, que los ricos de Europa no pueden acoger a su familia, que no hay asilo para ellos, que en Turquía, un país donde no se cumplen los derechos humanos y pueden mandarlos de nuevo a Siria3, supuestamente, sí tienen espacio. Y como no por medio de un gran acuerdo bilateral, siempre hay dinero.

Pero no miremos al Este, ahora al Sur: pateras, inmigrantes intentando saltar una valla. Mucha gente dice: “Es que si les dejamos entrar, esto es insostenible, todos vendrían”, pero alguien se pregunta hasta qué extremo habrán llegado para tener que abandonar a su familia, su país, cruzar un continente enorme como África, mendigar para poder pagar a una mafia para saltar una valla o lanzarse al mar. De verdad que nadie haría tal locura, si no fuese que ese viaje, es su única salvación. Elegir entre morir en sus países, morir el camino y si tienen mucha suerte una vida mejor en Europa. Se nos olvida, pero lo único que buscan es seguridad, poder vivir sin miedo.

Esas personas que ansían una vida mejor, son como tú y yo, con sueños, ilusiones, motivos para luchar, sin embargo no tienen la misma suerte que nosotros, han nacido en países difíciles, conflictivos, inseguros.

Esas personas piensan que en Europa está la felicidad, pero en realidad no está aquí, aquí la felicidad te la intentan vender embotellada, en un coche, en un bolso o en un buen reloj. Necesitas dinero, mucho dinero para ser feliz, pero cuando lo tengas todo, tal vez te des cuenta que la felicidad se mide en abrazos, miradas, en sonrisas, en momentos. No me cansaré de repetirlo, la felicidad está en los pequeños detalles, en lo cotidiano, en un paseo escuchando buena música, en un baño de espuma, en una conversación, en una tarde de lectura, en una carta en el buzón, en un "te quiero"…

Solo por un momento, olvídate de tu móvil, tu ropa, tus cosas y piensa en "tus" personas, en aquello que te hace sonreír fuerte automáticamente, en aquello que te mantiene vivo, con fuerza, aquello que te apasiona, aquello en lo que sueñas.

No te dejes llevar por lo superfluo. Intenta vivir con menos dinero y con más alma.


Mi alma entera es un grito, y toda mi obra es el comentario sobre ese grito.

Fuentes:


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