Hoy me he despertado con ganas de mandarlo todo a la mierda,
bueno; todo no, solo lo falso, lo superfluo, lo nocivo.
Las malditas redes sociales que atan y te introducen en el
mundo de aparentar, vulgarmente llamado postureo,
te roban tiempo, mucho tiempo.
La televisión, el invento del siglo XX, la caja tonta del
siglo XXI. Me cansan los programas basura
y los telediarios subjetivos que en dos minutos te muestran una noticia en la que ellos deciden que veas una parcela minúscula, como si detrás de ello no hubiera causas,
consecuencias, un para qué y un por qué. El análisis es la clave para llegar a
ser críticos. Conformarse con la información que nos lanzan los medios, sin
reflexión es como meter basura en un contenedor y no pararse a reciclar.
Recicla tus ideas, reutiliza tu ideología asentada para que no sea una idea
preconcebida y hermética. Reduce las verdades aparentemente absolutas. Cuestiónate
más todo, no aceptes el mundo movido por la Bolsa que nos mueve a nosotros a
comprar, gastar, cambiar, comprar...en bucle. Un sistema roto por crisis continuas.
Cansada y harta de ser conformista, cansada de la idea “carrera,
trabajo, novio, marido, casa e hijos”. Yo no he venido a este planeta para conformarme
con una vida clonada, similar a la de millones de personas.
Hoy me he levantado con ganas de dejarlo todo atrás y
viajar, con un wanderlust enorme (palabra que no tiene traducción al español
que significa un gran deseo o impulso de viajar, deambular o explorar el
mundo), viajar a pueblos perdidos del planeta y no de "turismo de
hoteles", yo prefiero el "turismo de mochila", viajes sin
billete de vuelta en los que de tiempo a respirar, observar, descubrir a un ritmo lento, pero sin pausa. Lugares donde no haya llegado el capitalismo, lugares recónditos
de África o América Latina, el continente no importa, quiero llegar a un lugar
donde no miren si mi ropa es de marca, si mi pelo está bien cuidado, si mi
cutis es perfecto. Quiero un lugar donde pueda ser, hablar con sus gentes,
empaparme de otra cultura, dejarme tocar por realidades que no son las cómodas, sin agua de un grifo, comida en nevera, tarjeta de crédito. Quiero dejar atrás
aquello que me impide ser, pero decir estas palabras me convierten
automáticamente en una persona antisistema por rechazar ser oveja en un rebaño
encarcelado en un centro comercial. Me niego.
Yo he venido a este mundo a vivir, conocer, aportar, sonreír,
ser. No he venido a comprar, tener un cuerpo sediento de llegar a un canon de belleza,
ni a construirme una vida de mujer de éxito, rica, con casa grande e hijos
perfectos. Me niego a ser una más. Este primer
mundo no me atrae, me repugna, tantas personas que actúan sin cuestionarse
lo que es vivir de verdad, amar de verdad, ser feliz de verdad.
“Sólo empezando desde dentro conseguiremos cambiar algo de
lo que hay fuera.”
Sed felices (:
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